Paranoia?, of course...



Recientemente en una película mexicana escuché una frase que me llamó la atención, “para vivir en este país hay que estar borrachos o locos”. Francamente he llegado al punto de pensar que esto podría ser una mentalidad que deberíamos adoptar, y no precisamente hablo de vivir borrachos simplemente de adecuarnos a la realidad torcida de un país en el cuál el panorama se torna cada vez más negro. Sí, deben pensar que soy pesimista, y es totalmente válido y certero ya que hablando de estas temáticas creo que no puedo tomar otra postura.
La pasada noche del viernes 10 de abril, “viernes santo” para algunos, presencié a domicilio la violencia y esa inseguridad social que se olfatea por el aire diciendo que anda rondándonos. Ahora sí, debo hacer referencia a la idea de: “Uno cree que las cosas no pasan, hasta que te pasan” y así fue. Fui testigo desde la reja de mi casa de ver como apuntaban a mi novio con el pretexto de arrebatarle su coche y todas sus pertenencias, y así fue.
Horas más tarde, agradecidos que todo topó en lo material y a la vez ambos en estado de shock por pensar en todo lo que nos pudo suceder. Entramos en un estado de fragilidad mental que consistió en una mezcla de impotencia, angustia, miedo y sobre todo paranoia. Lo que nos hizo reflexionar que aunque no puedas evitar que te sucedan cosas malas, sí se pueden prevenir… ¿cómo?
No nos queda otra manera más que decir que de la forma cruda y negativa, que es desconfiando, haciendo uso de las capacidades inseguras de nuestra mente (que se supone que deben de ser las que menos salen a pasear) y debo decir que encuentro lamentable este punto ya que considero que el estado natural del hombre no es vivir ciscado y mucho menos pensando continuamente que todos nos quieren hacer un mal, antes de un bien.
En fin, el desarrollo de estas conductas patológicas necesarias se las debemos agradecer a todos aquellos miembros de lo que conforma la basura y lo podrido de un país que se entierra a si mismo cada día más.
Irónicamente, debo mencionarlo, justo antes de lo sucedido, mi novio y yo conversábamos acerca del miedo en exageración propagado por los medios de comunicación. Nos repetíamos continuamente que no hay que tener miedo, que hay que pensar positivo y portar seguridad ya que no hay nada que nos esté apuntando directamente a la sien. Toda nuestra credibilidad se desmoronó cuando chocamos de frente con la realidad y nos dimos cuenta de la vulnerabilidad que tenemos y que en verdad no hay un Chapulín colorado que va a salir a defendernos. Por eso el punto de desconfiar, de cuidarnos la espalda a todo momento. Por desesperanzado que parezca, por lo menos aquí, en el lugar dónde vivimos, confío que la paranoia ya es como el alarma o el sistema de seguridad que deberíamos tener todos en casa.
Por último y como nota, espero que los asaltantes malandrines que nos tocaron, hayan tenido una pizca de católicos, porque hacer toda esa clase de fechorías en viernes santo... está cañón. En otras palabras, con la supocisión de que tal vez tengan alguna creencia católica, espero que en su conciencia hayan asumido que tienen compradísimo su pase directito al infierno que se merecen.

1 comentario:

  1. La felicito por la denuncia y la franqueza con se ha expresado.

    Usted tiene razón, nos toca vivir tal como lo explica. Pero entre todo el miedo, la impotencia y el dolor también belleza, valentía y esperanza.

    No hay otra forma de seguir más que siguiendo. Suena a verdad de perogrullo, pero funciona.

    Para ustedes dos, un abrazo solidario.

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