Larga vida a la huesuda



A pocos días de que como todos los años venga la flaca pelona (de la cuál debo decir, subestimamos popularidad)nos encontramos con una noticia reconfortante en medio del caos de nuestro México. Durante septiembre de este año Consulta Mitofsky y Tracking Poll Roy Campos, publicaron un documento que expone encuestas acerca de la vigencia que todavía tiene el día de muertos en nuestro país, sobre aquella celebración extranjera adoptada por la que algunos sentimos un placer culposo... Halloween.

Fue de cierta manera enorgullecedor ver por medio de las encuestas que de esta fiesta nacional sí nos acordamos y más que eso, todavía conservamos el “ritual” de la conmemoración. Según los datos Mitofsky, el 86% de la población reconoce la festividad del 2 de noviembre (que eso ya es un logro), pero lo admirable es ver que un 72% la practica y la representa fielmente. Por ejemplo, según el estudio para los mexicanos significa recordar a sus difuntos, continuar con la tradición, pero sobre todo cumplir con las actividades rigurosas, como para el 86% es ir al panteón y para un 79% poner una ofrenda o ir a misa.

Viendo estos resultados nos podemos preguntar qué ha pasado ¿Le hemos sido estrictamente fieles a nuestra tradición porque así debe de ser? o es simplemente que tal vez nos sentimos más identificados con esta festividad que con las otras a las que llamamos patrias… y que igual no sentimos tanto ni tan personales. Hay que ser bien sinceros, los mexicanos somos melancólicos creyentes y sentimentales, nos gusta sentir y hasta cierto punto sufrir, si se combina eso con folklor, comida, bebidas embriagantes y recuerdos… obtienes una mezcla que se vuelve irresistible para cualquier paisano y las encuestas lo confirman. El sentimiento y la atmósfera que nos crea nuestro día de muertos, hace que las calabazas y las brujas del imperialismo del vecino del norte no nos seduzcan tanto.
A peasr de lo dicho debemos admitir que sí ha habido una influencia más o menos considerable del Halloween en algunos estratos y segregaciones de nuestro país. Las encuestas afirmaban que el 17% de nuestra población es la que celebra esta fiesta norteamericana. Celebración que se le adjudica a familias con niños pequeños, a la clase alta y media alta. Siendo víctimas de la globalización que en los últimos años ha tenido un papel fundamental en la adopción de la cultura Halloweenesca, sobre todo en el norte del país. La realidad es que entre más al norte nos vamos... más nos queremos parecer a ya saben quién, y en realidad no se culpa, ya que en estos tiempos decir que tenemos una cultura pura por mantener sería absurdo, empezando por el punto que no conocemos el nacimiento de un México sin mezcla cultural.
En fin, todos esperamos con ansia una vez más la visita de la catrina, pero a diferencia de ocasiones anteriores, este año pareciera que viene menos ajuareada (con las mismas ganas de fiesta, pero afectada por la crisis).A ella también la tomaron por sorpresa. Por lo que ha decidido hacer una tregua con nosotros, una tregua y un arreglo. Ya no iremos
a pedir calaverita a las casas, convoca que vayamos a San Lázaro y que cambiemos la canción a: La calavera Y TODOS TIENEN hambre, ¿ tienen un poco de pan?, no se lo acaben todo, ¡déjenos la mitad!.

2 comentarios:

  1. La fluidez de este texto es muy llamativa. Qué bien. Sobresale el tono con que comenta e informa sobre el dulce peso de esta tradación para los mexicanos.

    Me gusta que la noto cómoda redactando.
    Espero que vengan otros renglones con temáticas diferentes.

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  2. ¿Qué pasó? Me quedé esperando otra de sus entradas.

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