Nuestra nueva voz... nociva e indispensable



Después de los últimos dos años en los que se ha incrementado notablemente a nivel mundial el uso de las redes sociales y microblogs tales como Facebook y Twitter nos topamos diariamente con noticias en diferentes medios acerca de la gran utilidad de Facebook como un medio publicitario o de Twitter como la nueva e innovadora manera de dar noticias de grandes personalidades o hasta de empresas para hacer negocios.

En los pasados días se publicó un dato referente a que en lo que va del año cada vez más mexicanos se han estado uniendo a la red Twitter (al igual que sucedió con Facebook hace 1 año aproximadamente) cuestión que es digna de analizar, ya que se sabe que este tipo de páginas pueden acarrear diferentes consecuencias que han estado brotando y de las cuales todavía no tenemos una medida calculable. La pregunta es: ¿Hasta qué punto nuestra humanidad está lista para hacer uso estos medios de comunicación como una nueva voz?

Algo indiscutible es el hecho que estos dos organismos se han hecho gigantescos y cada día adquieren más riqueza por medio de la publicidad invertida por diferentes empresas para anunciarse a través de ellos. La ironía se da cuando nos damos cuenta que son a los usuarios a los que se les debería de pagar. Viéndolo de cierta manera éstos, en cada perfil comparten toda su información, en otras palabras se la regalan a la red para que ellos sean los que se hagan ricos a costillas de todos los que conforman su comunidad.

De otra forma más, nos hemos vuelto piezas dentro de un sistema. Uno que se ha metido a la autoestima pero no a la conciencia de forma que se ha vuelto indispensable en la vida cotidiana. Tanto que existen casos en dónde si un miembro de un grupo no tiene una cuenta vigente, deja de tener ese sentido de pertenencia y se le deja detrás como un desaparecido sin sentido de integración social.

El problema radica en el factor de que la sociedad inmersa se ha vuelto seriamente dependiente de estos medios al convertirse estos los primordiales para poder comunicarse y aunque se tenga conciencia de las implicaciones que estos traen, en el mundo actual se han vuelto una herramienta más que básica, indispensable.
Se ha hecho una verdadera revolución a consecuencia de estos medios, que si se analiza su contenido de cerca resulta incongruente, descontrolado y excesivamente acelerado comparado con las capacidades sociales reales del humano.

¿Cuando en nuestra realidad nos habíamos preguntado que nos interesaría en algún punto publicar desde cómo nos sentimos hasta lo que comemos en un medio donde hasta millones pueden seguir cada paso que se da?. Un ejemplo claro se da en Twitter dónde por medio de 140 caracteres personalidades reconocidas del mundo entero publican hechos personales que en otro contexto no serían de interés colectivo en lo absoluto. Ahí es donde cabe la incongruencia, cuando se vende un sentido de identidad personalizada cuando en realidad el usuario es uno más dentro del millón.

Cuando hablamos de las consecuencias no conocidas en su totalidad, se resalta una observación acerca de los conflictos interpersonales que se están comenzando a formar. Celos, engaño son algunas de las manifestaciones principales, pero sobre todo la que parece más detectable es esa apertura absoluta a la ventana de la privacidad que el individuo permite. El hecho vivir en estos tiempos tecnológicos con estos medios masivos implica tener la facilidad y la falta de conciencia de ver con quien nos relacionamos.

Es común que perteneciendo a las redes, el usuario agregue gente al azar, sin conocerla siquiera, cuando en realidad es una falta de conciencia, y no nos referimos al sólo al hecho de agregar a alguien peligroso, sino que por estar ya confiados a expresarnos por estos medios, se expone hasta la más íntima privacidad. Regresando al punto ¿desde cuándo la privacidad de cada individuo se volvió mercancía publicitaria?

Hace falta una concientización profunda para entender lo que estos sistemas nos hacen o deshacen como humanidad, pero sobre todo ponerse a pensar de una manera muy fría lo que hacemos por estos medios, qué publicamos, con quien nos contactamos, ya que no nos damos cuenta netamente que todo lo que aparece en sus páginas (información, fotos y usuarios entre otros), les pertenecen a ellos, no a nosotros.

2 comentarios:

  1. Sí, la verdad ya es algo absurdo para lo que usan las personas twitter o facebook, hacen de lo banal algo supuestamente importante..

    Muy bien hecho pequeña rdch! Al final te inspiraste mucho haha :)

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  2. Buena reflexión. Con un poco más de datos duros pudo ser un artículo de fondo.

    Tenga cuidado con redundar. Es dcir, si algo ya se dijo, no lo repita con otras palabras.

    Me gusta el ritmo y la elegancia con que se expresa.

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